La estructura ósea inadecuada en la mandíbula superior o inferior puede ser el resultado de una lesión o traumatismo, cirugía tumoral, pérdida de dientes o desgaste prolongado de la dentadura postiza. Utilizando injertos óseos, ya sea del propio hueso del paciente o de sustitutos óseos, podemos mejorar tanto la calidad como la cantidad del tejido duro. Los injertos de piel y/o las correcciones de tejidos blandos pueden mejorar la arquitectura de los tejidos blandos que rodean el hueso en la región oral y maxilofacial.

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A través de la cirugía reconstructiva oral se pueden proporcionar bases sólidas para las rehabilitaciones dentales, lo que a su vez favorece la nutrición y el habla.  Si el paciente es candidato, se pueden utilizar implantes dentales para reemplazar los dientes perdidos y otras estructuras. Los implantes también se pueden utilizar para anclar prótesis orales y faciales.